viernes, 26 de julio de 2013

Tema 3: Curriculo y transmisión del saber en la Edad Media

La caída del Imperio Romano y el debilitamiento progresivo de su red escolar junto con la emergencia de las religiones cristiana y musulmana dieron origen a la llamada Edad Media.

Un período de fuerte sacralización y religiosidad cultural en sus inicios que luego, con su progresiva secularización posibilitó uno de los momentos más creativos y sugerentes del acontecer cultural de la historia: la Baja Edad Media.


Un momento que brindó realidades tan sugerentes como las catedrales, las universidades, los gremios, las artes mecánicas, nuevas clasificaciones del saber...Referentes todos cuyo conocimiento y significación ayuda en grado sumo a comprender buena parte de los parámetros de la cultura actual.

A lo largo de estos siglos, aunque el ethos medieval toma y adquiere múltiples formas podría definirse -desde el ángulo exclusivamente cultural- por tres rasgos característicos que, con mayor o menor intensidad, permanecen patentes a lo largo de sus diez siglos de historia: el carácter teocéntrico de la cultura, la síntesis fe - razón y el enciclopedismo escatológico.



Característica fundamental será en este periodo la concepción educativa, que mantendrá como
finalidad el restaurar la imagen divina en el hombre, deteriorada por el pecado original en
similitud con la PAIEDEIA PALEOCRISTINA. Tarea que se llevará a cabo por la fuerza de la
inteligencia, la virtualidad del hábito moral y la fuerza de la gracia sacramental.

La concepción educativa que se mantendrá en este periodo tendrá como finalidad restaurar la imagen divina en el hombre, deteriorada por el pecado original. Tarea que se llevará a cabo por la fuerza de la inteligencia, la virtualidad del hábito moral y la fuerza de la gracia sacramental. Una trilogía que en los planos morales rendirá pleítesia al estoicismo romano y en menor medida a la patrística; en el plano religioso, a la autoridad de los escritos agustinianos; y en el plano intelectual a la herencia clásica y al renacimiento cultural de los siglos XII y XIII.

Este renacimeinto se caracterizará por considerar insuficiente los estrechos límites de las artes liberales y descubrir unas ansias intelectuales inusitadas que plantearán una división cuatripartita de las ciencias: sermoniales, prácticas, mecánicas y teóricas, dando especial protagonismo a la sabía inductiva, experimental y secular, proveniente tanto de la ciencia greco - árabe como del dinamismo de los siglos XII y XIII. El resultado será un currículum que se diversifica y amplia, asentándos en el mundo universitario, en la fuerza de las artes mecánicas y en unos métodos más inductivos y experimentales.

En el marco de ese devenir cobrará fuerza un modelo educativo estamental hasta entonces escasamente desarrollado: la educación cortesana. Una modalidad que tendrá tres variantes: los tratados de los príncipes, orientados a los futuros gobernantes; los tratados de príncipes, dirigidos a los gobernantes en ejercicio; y los libros de caballería, pensados para aquellos que ejercen la milicia y el gobierno. Otros modelos educativos tendrán lugar en las distintas escuelas de la época: monásticas, parroquiales, episcopales, conventuales, gremiales y universitarias.

Finalmente cabe apuntar que las gentes del saber en la Edad Media tuvieron como fin último la búsqueda de la verdad, pero tanto o más les preocupó  cómo aprehender y acceder al conocimiento. Fruto de esta inquietud surgieron múltiples enciclopedias que albergaron la vieja y recurrente aspiración de almacenar la totalidad del saber en los estrechos y escuetos límites de la materialidad del libro. Paralelamente surgieron también numerosas guías didácticas que proponían diversas síntesis del conocimiento y un modo más racional y operativo de acceder al saber. Finalmente cabe destacar un tercer aspecto que cifró su interés en el conocimiento y dominio de artes y disciplinas básicas, dando lugar a títulos tan sugerentes como ars dicendi, ars meditanti, ars de modo praedicandi, scribiendi, docendi, legendi...Todo ello posibilitó un amplio y extenso interés didáctico que la Baja Edad Media cifró en dos ejes de especial interés pedagógico: las formas de almacenar y retener la información y la eficacia en la transmisión y adquisición del conocimietno a través de la lectio, la questio y la disputatio.

Nombrar como concepto de educación medieval, que las gentes del saber de la Edad Media
suscribieron una teoría antropológico-pedagógica jalonada por los tres momentos que marcan la
historia del devenir humano: creación, caída y restauración (pág. 118).
Como contenidos del saber. El renacimiento cultural de los siglos XII y XIII (Baja Edad Media). Se
caracterizará por considerar insuficiente los estrechos límites de las artes liberales y descubrir unas
ansias intelectuales inusitadas que plantearán una división cuatripartita de las ciencias, nombrando
aquí a Vicente de Beauvais con su obra escrita hacia 1250 (pag.121), Speculum Doctrinale.
Clasificación científica que sintetiza la historia del saber medieval como: sermoniales (pág. 125),
prácticas (pág. 126), mecánicas (pág. 128) y teóricas (pág. 131), dando especial protagonismo a la
sabía inductiva, experimental y secular, proveniente de la ciencia greco-árabe.





IMPORTANTE DISCERNIR ENTRE DOS ETAPAS DEL SABER EN LA EDAD MEDIA:
MONASTICAS. Una primera desarrollada en el marco clerical dentro de los muros de los
monasterios sin apenas horizontes de progreso, enraizado en las fuentes paleocristianas (pág. 115).
ESCOLASTICAS. Etapa más secular y laica, tuvo en el despertar científico a la baja Edad Media su
principal motivación dinámica y en las universidades su marco ideal de desarrollo (pág. 115).





Los métodos de aprendizaje para las gentes del saber en la Edad Media tuvieron como fin último la
búsqueda de la verdad, pero tanto o más les preocupó cómo aprehender y acceder al conocimiento.
Fruto de esta inquietud surgieron múltiples enciclopedias que albergaron la vieja y recurrente
aspiración de almacenar la totalidad del saber en los estrechos y escuetos límites de la materialidad del
libro. Paralelamente surgieron también numerosas guías didácticas que proponían diversas síntesis del
conocimiento y un modo más racional y operativo de acceder al saber (pág. 124 y 125).
El devenir de la formación femenina en la época fue vista con mucho recelo, relegando de ese
parecer la formación de Reinas, princesas o muy altas dueñas a causa de ministrar sus estados, siendo
postura similar en todo el occidente europeo. Añadiendo a lo antes dicho la enseñanza de lectura y
escritura de las femeninas únicamente para el estudio y conocimiento de las sagradas escrituras (pág.
141).

No hay comentarios:

Publicar un comentario