El Enciclopedismo se trata de la construcción y organización del conocimiento de la mano de la secularización (como proyección de la cultura, sociedad y política más allá del ámbito teológico).
La elaboración de documentos, enciclopedias y tratados ya no eran meramente teológicos sino que se abre más allá de estos muros aunque al amparo de la creación y finalidad divina.
El saber ya no se limita a una cuestión meramente en el interior de las iglesias sino que se expande a las artes liberales, al ámbito gremial, la naturaleza...
El sentido escatológico del saber para el hombre medieval -siglos XII y XIII- se relaciona con la trascendencia, con la denominada desde el punto de vista cristiano, vida eterna.
La aspiración del hombre medieval al conocimiento enciclopédico y universal de la Naturaleza en sentido amplio no acababa con esta vida sino que tenía un sentido escatológico y soteriológico (de salvación).
Por tanto, el saber en la cultura medieval no tenía como fin esta vida "terrena" y finita sino que trascendía al hombre más allá de la muerte.
Este es el sentido escatológico del saber para los medievales y que en cierta forma unía el "cielo y la tierra".
El enciclopedismo escatológico persigue recoger todos los saberes, pero hay que tener en cuenta que el concepto de educación en la Edad Media giraba en torno a una idea teocéntrica, y una teoría antropológica-pedagógica marcada por tres momentos: creación, caída y restauración.
Para ello hay una doble formación la doctrina para iluminar el entendimiento y la disciplina para regir la voluntad, y ambas unido a la gracia o necesidad de Dios, para llegar a un estado de perfección y felicidad, visión beatífica de Dios.
Los saberes que se quieren recoger son los que te llevan a esos tres momentos.
El enciclopedismo escatológico persigue recoger todos los saberes, pero hay que tener en cuenta que el concepto de educación en la Edad Media giraba en torno a una idea teocéntrica, y una teoría antropológica-pedagógica marcada por tres momentos: creación, caída y restauración.
Para ello hay una doble formación la doctrina para iluminar el entendimiento y la disciplina para regir la voluntad, y ambas unido a la gracia o necesidad de Dios, para llegar a un estado de perfección y felicidad, visión beatífica de Dios.
Los saberes que se quieren recoger son los que te llevan a esos tres momentos.
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